Cómo salir de la jaula cuando se abra la puerta

Dejar la convivencia con el maltratador sin ponerte en peligro

Este encierro obligado en nuestras casas por la emergencia sanitaria nos ha permitido reflexionar sobre muchos aspectos de nuestra vida. Muchas familias han reparado en que necesitan cambiar hábitos, esas inercias que nos han sumergido en el novivir, alejarnos de quienes más amamos y ocupar el tiempo con lo más secundario; otras han concluido que es prioritario otra vivienda con más luz, con espacio al exterior.

Muchas mujeres han tomado conciencia de que no pueden seguir viviendo con su agresor, que cuando el Estado autorice las salidas, ellas abandonarán también la jaula del maltrato.

Esta convivencia de 24 horas puede que te haya permitido vislumbrar que ya no puedes más, que te absorbe la energía, te anula, que definitivamente no va a cambiar (como siempre termina prometiendo) ese comportamiento violento que ejerce sobre tu persona con golpes, palabras, desprecios, humillaciones. Has descubierto que eso no es amor y que quien bien te quiere, no debe hacerte daño. Has tomado la determinación de alejarte de él y, aunque hasta que finalice el confinamiento no podrás formalizarlo, estás segura de que quieres zanjar de una vez por todas la situación de violencia física, psicológica o del tipo que sea a la que te somete, y en la que quizá llevas viviendo muchos años sin ser consciente de la gravedad.

Salir de la violencia de género

La separación física o el divorcio siempre es difícil, nunca se hace de un día para otro y da igual que el resto de la humanidad no se lo espere. A menudo, el terror diario que vives, sola o con tus hijas e hijos, nunca sale de las paredes de tu casa. Las razones para una ruptura siempre vienen de lejos, y nunca antes lo habías tenido tan claro porque esos motivos se han ido cargando atrás, a la espalda, para no verlos, pero pesan, pesan demasiado. Ahora, con este encierro, se ha hecho tan evidente el malestar, que lo inunda todo, detrás, delante, por los lados y la asfixia es insoportable.

Hay una nueva palabra que ha entrado en nuestro vocabulario diario. Empezó a escucharse la segunda semana de abril y ya se ha instalado en nuestra conversación común: “desescalada”. La utilizamos para referirnos a la salida paulatina de nuestro confinamiento por el Covid-19, una reapertura de las restricciones al golpito, como se dice en las islas porque es lo más sensato para nuestra salud, para no arriesgar.

Planifica la desescalada de la violencia en el hogar

Así debes planificar también tu desescalada de la violencia machista, despacio, con cautela, porque cualquier precipitación puede hacerte más daño.

Antes que nada:

  • Analiza bien tus circunstancias, valora con detalle, desde todas las perspectivas, cualquier movimiento nuevo que vayas a adoptar para planificar tu salida, que no suponga  agravar tu situación, o desencadenar una agresión si eres sorprendida en este momento.
  • Ten siempre en mente que, ante cualquier emergencia, el 112 pone en marcha todo el dispositivo de atención que necesitarás y atiende 24 horas todos los días del año.
  • Si has sido atacada física o emocionalmente y prevés otra agresión, abandona el hogar en un momento en que la situación esté tranquila y él lejos del hogar para irte y pedir auxilio. NO ESPERES MÁS, pide auxilio en el 112 y si no tienes donde refugiarte, comunícalo para que te busquen un lugar de acogida.

Un plan medido paso a paso para salir del hogar de forma segura

  • Aunque te cueste, no le avises de que te irás, no le amenaces diciéndole  que te vas a ir de casa porque no toleras su comportamiento, que ya no aguantas más, no le des ninguna pista. Intenta seguir como siempre, sin aparentar ningún cambio que le pueda alertar. Decirle que te vas a alejar de él no le hará cambiar su actitud, sino querer aumentar el control sobre ti.
  • Ten previstas una serie de razones que no levanten sospechas en el caso de que la salida tenga que ser, inevitablemente, cuando él está en casa. Tener que llevar algo urgente a un familiar mayor, acudir a una consulta médica inevitable,  idea cualquier excusa que te permita salir sin alertarle.
  • No tomes tranquilizantes de ningún tipo para “tomar fuerzas”, necesitarás estar 100% alerta cuando llegue el momento.
  • Documenta sus reacciones, o si hubo algún tipo de amenaza a ti, tu familia, tus hijas o hijos vía móvil, correo electrónico… y guarda copia de cualquier prueba. Registra las situaciones de violencia vividas, con fechas, detalles, testigos, número o datos de identificación de las y los policías y médicos que te asistieron. Guarda en un lugar seguro al que sepas que él no accederá, todas las pruebas de la violencia: ropa rota o ensangrentada, objetos destruidos, armas, etc. Si puedes, toma fotografías de las lesiones.
  • Si ya te ha agredido físicamente, deja el hogar en un momento en el que no se encuentre en él, no esperes más, aunque no haya finalizado el confinamiento obligado. Ser víctima de malos tratos te da derecho a dejar la casa, sin que se considere abandono de la familia. No obstante, es conveniente que presentes una demanda de separación o medidas provisionales en el Juzgado antes de que pasen 30 días desde que dejas tu domicilio.
  • Aunque nunca hayas sido agredida físicamente, decirle que te vas a separar de él, puede ser una situación de máximo riesgo. Si es posible, hazlo en un momento en el que no haya menores en casa y sí ocupación en las casas vecinas. Intenta que las ventanas estén abiertas para ser escuchada en caso de que tengas que pedir ayuda.

Otras recomendaciones para hacer más rápido el proceso:

  • Localiza con antelación las personas o instituciones que pueden proporcionarte información y ayuda. Asesorate bien y resuelve cualquier duda, plantea a las profesionales que te atiendan todo lo que que creas necesario, sin pudor, ellas están para ayudarte y te indicarán los pasos que puedes seguir. También puedes realizar consultas sobre derechos y recursos, así como recibir asesoramiento jurídico: 016-online@mscbs.es Procura siempre no dejar rastro de estas búsquedas por las redes.
  • Asegúrate de que puedes localizar fácilmente, o tienes copia en un lugar seguro, lejos del agresor, de los documentos que necesitarás a la hora de solicitar el divorcio o la custodia de menores. Serán necesarios para proteger tus derechos y los de tus hijos/as. Con la excusa de que estás ordenando papeles, prepara una carpeta con los documentos más importantes que puedas coger rápidamente en el momento que vayas a salir de casa. Si tienes la posibilidad de hacer estas operaciones de forma virtual, procura borrar los rastros de tu ordenador y almacenarlos en una lugar online al que no tenga acceso, con claves que no sean fácilmente deducibles por el agresor: no DNI; cumpleaños, aniversarios…).
  • Haz un inventario de los objetos del hogar, sobre todo si son de algún valor.
  • Si tienes posibilidad de reunir algún dinero hazlo en una cuenta solo a tu nombre y a la que no tenga acceso. Si ahora no puedes ingresar nada, será igualmente útil más adelante tener ya tu propia cuenta abierta.
  • Si actualmente estás desempleada, él intentará usar la dependencia económica para continuar con su control, si tienes posibilidad empieza previamente la búsqueda de empleo con discreción. Los centros de atención a la mujer siguen funcionando de manera telemática y podrán orientarte.
  • Si es posible, ten fuera del hogar común copias, tanto de la documentación personal, títulos de propiedades… como de las pruebas que demuestran el maltrato. También sería bueno que tuvieras alguna muda de ropa para ti y para tus hijas e hijos, en caso de que tuvieras que resguardarte del agresor para mantenerte a salvo.
  • Concierta con alguien del vecindario, amistades o familiares próximos en quienes confíes, una señal para que llamen a la Policía si crees que al comunicar la noticia se va a poner violento o te lo va a impedir de alguna manera.

¿Temes no tener un techo donde alojarte? Llamando al 112 y activando el DEMA, profesionales expertos te acompañarán hasta nuestra casa de acogida inmediata donde realizarán un diagnóstico exhaustivo de tu caso específico y en donde podrás permanecer con tus hijos e hijas durante 15 días.


¿Y después? ¿Qué pasa si no tengo trabajo ni dinero para comer y alimentar a mis hijos e hijas? Después podrás permanecer en nuestras casas de acogida durante 12 meses y por último pasar a un piso tutelado o independizarte por tu cuenta. Allí tendráa derecho a alojamiento y manutención y te ayudaremos a formarte y a buscar empleo para que salgas adelante.No lo olvides nunca #NoEstásSola.

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